María José Tallon, agricultora y taller de transformación Trasdeza Natur – Cardigonde, Cortegada, Silleda, Pontevedra   

María José se dedica a la agricultura ecológica y tiene “un espacio para procesar productos de la huerta, tanto frutas como verduras”, la empresa Trasdeza Natur. Aunque de niña cultivaba su propio huerto, su conexión con el campo se profundizó tras varios años trabajando en una oficina. Su decisión de dedicarse a la agricultura estuvo motivada por la búsqueda de una salida profesional y la opción de trabajar para sí misma. “Fue un cambio radical, de estar metida en una oficina a trabajar al aire libre, al sol, en contacto con la tierra. Es completamente diferente y, al mismo tiempo, muy gratificante”, afirma.

En su empresa se dedica principalmente a deshidratar fruta, un proceso que lleva a cabo con deshidratadores solares alimentados con energía renovable. La innovación y la sostenibilidad son fundamentales en su proyecto, y tiene un acuerdo de colaboración con la Universidad de Santiago para desarrollar deshidratadores solares. “El sol actúa como fuente de energía y, cuando no hay sol, tenemos energía fotovoltaica. Este proceso nos permite conservar los productos sin aditivos, conservantes ni azúcar. Es simplemente fruta natural”, explica.

La idea de deshidratar la fruta surgió porque uno de sus hijos no quería comer fruta fresca. María José empezó a investigar sobre el proceso de deshidratación y se formó en este campo. “Al principio lo hacía con un pequeño electrodoméstico en casa. Era como una especie de chicle, porque la fruta quedaba concentrada y me empezó a gustar más”, recuerda con una sonrisa. Con el tiempo, perfeccionó el proceso y empezó a ofrecer un producto cien por cien natural, sin conservantes ni azúcares añadidos, lo que le permitía conservar más las propiedades de la fruta fresca.

A pesar de su éxito en la producción de fruta deshidratada, María José afirma que existen varios retos. Señala que los pequeños proyectos tienen que luchar mucho más para ser visibles y obtener ayudas o subvenciones, ya que las políticas actuales favorecen a las grandes infraestructuras, lo que dificulta el desarrollo de iniciativas de autoempleo en el medio rural: “Los grandes proyectos agroindustriales son los que reciben más ayudas y a los pequeños les cuesta más hacerse ver; la falta de renovación del sector rural es evidente”, comenta.

Una de las luchas adicionales a las que ha tenido que enfrentarse María José es la discriminación de género en las zonas rurales. Aunque reconoce que cada vez hay más mujeres liderando proyectos agroalimentarios, cree que a menudo las mujeres tienen que trabajar más para ser reconocidas. “Los hombres siempre están solicitados, los ‘hombres buenos’, y nosotras tenemos que luchar un poco más por ser mujeres. Pero siempre se abren puertas”, afirma.

Para ella, el futuro de la agricultura pasa por la sostenibilidad y la producción ecológica. “Cuidar el medio ambiente es fundamental; la responsabilidad que tienes como terrateniente debe reflejarse en el cuidado de la tierra, es decir, el capital no prima sobre la tierra, sino que hay que cuidar la tierra”, afirma. María José está convencida de que el modelo de agricultura ecológica es el que debe prevalecer, ya que ofrece alimentos más sanos, sin productos químicos ni pesticidas. Según ella, consumir productos ecológicos es una opción más saludable, ya que la fruta deshidratada conserva todas sus propiedades nutricionales sin ser alterada por productos artificiales. “Es un producto muy sano, una alternativa a los productos procesados. Es natural, lo que ofrezco es salud”, concluye.

Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24